Como todos los héroes de Marguerite Yourcenar, Alexis se interroga buscando comprender mejor el mundo y comprenderse mejor a sí mismo. Busca salir de una situación ambigua que ha dado al traste con su matrimonio. Una extensa carta compone todo el relato en el que Alexis pone por testigo a su mujer del inútil combate enprendido contra su inclinación natural y verdadera vocación… El tiro de gracia se sitúa en los países bálticos en los años 1919-1920. Más allá de la anécdota de la chica que se ofrece y el muchacho que se rechaza, el tema central de la novela es ante todo una comunidad excepcional, una solidaridad de destino de dos hombres y una mujer sometidos a las mismas privaciones y a los mismos peligros. (de la reseña de la edición original)
Alexis ó el tratado del inútil combate
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Estaba en pleno campo, en el pequeño apeadero de Vives, en octubre, en uno de esos octubres lluviosos que no son sino precursores de noviembre. Acababa de bajar del tren; estaba de pie bajo la marquesina de vidrio, me acordé de repente que era mi cumpleaños, y que aquel día cumplía veintidós. Habia salido de ese período obscuro, tortuoso, por todas partes comprometido con el futuro, que comúnmente llamamos infancia; la adolescencia también se me había escapado casi sin enterarme: para muchos hombres jóvenes pobres, que se extenúan por conseguir un título, tener dieciséis años es un lujo fuera de su alcance. (extracto de las primeras líneas de la edición original)
La nueva Eurídice
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Hay siglos febriles, épocas en las que el hombre ha soñado más, buscado más lejos, y realizado más tentativas. Siglos en los que la guerra, la revuelta y la ciencia son las tres caras de la aventura, en los que la pasión dispone, no de más fuerza, claro está, sino de más ocasiones para intentarlo. En Viena, en el Louvre, en Holanda, en esos museos que también son cementerios, pero cementerios en los que se ve a los muertos, tales retratos de desconocidos, ilustres algunos de ellos, fijan para nosotros esos arrebatos y esas recaídas de entusiasmo, ese furor de vivir y ese miedo a morir. Poner a esos rostros, no solamente un nombre, sino una vida, ésa es la ambición de los investigadores. Espero que se me perdone por haber intentado aquí estos tres esbozos siguiendo a tres pintores. (prefacio de la edición original)
La muerte conduce la carreta
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Este libro evoca, en la realidad más viva pero también en su secreta alegoría, algunos aspectos particulares de la Roma del Año XI del fascismo. Contiene una auténtica pintura de ciertos medios antifascistas de la época y del drama de su revuelta condenada a la clandestinidad y al fracaso, en unos años de la dictadura de los que se decía eran prósperos y triunfantes. (extracto de la reseña de la edición original)
El denario del sueño
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Esta colección no es obra de ningún orientalista, sino de una novelista que ama a Oriente. Para quien se interesa por las fuentes, digamos inmediatamente que los relatos legendarios han sido sugeridos por antiguos cuentos libremente adaptados, y que los cuentos consagrados a la vida campesina del Próximo Oriente tienen como punto de partida auténticos sucesos de pueblo; en tanto que Nuestra Señora de las golondrinas está inspirado únicamente en el delicioso nombre de una capillita de un pequeño valle del Ática, y en El último amor del príncipe Genghi, la autora se ha aventurado a añadir un epílogo a una de las obras maestras clásicas de la novela de amor japonesa y universal, audacia comparable a la que consistiría en añadir algunas páginas a La Princesa de Clèves. (reseña de la edición original)
Cuentos orientales
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Eran las cinco de la mañana, llovía, y Eric von Lhomond, herido frente a Zaragoza, curado a bordo de un navío-hospital italiano, esperaba en el bufé de la estación de Pisa al tren que habría de devolverlo a Alemania. Bello, pese a estar en la cuarentena, fijado en una especie de dura juventud, Eric von Lhomond debía a sus antepasados franceses, a su madre báltica, a su padre prusiano, su estrecho perfil, sus pálidos ojos azules, su alta talla, la arrogancia de sus raras sonrisas y el taconeo, impedido ahora por un pie roto y envuelto en vendas. Llegaba esa hora entre dos luces en la que la gente sensible hace confidencias, en la que confiesan los criminales, en la que incluso los más silenciosos luchan contra el sueño a fuerza de historias o recuerdos. (extracto de las primera líneas de la edición original)
El tiro de gracia
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Esta obra que es a un tiempo novela, historia y poesía, fue acogida como un acontecimiento literario por la crítica francesa y mundial. Al imaginar las memorias de un gran emperador romano, la autora ha pretendido "rehacer desde dentro lo que los arqueólogos del siglo XIX han hecho desde fuera". Al juzgar sin complacencia su vida de hombre y su obra política, Adriano no ignora que Roma, a pesar de su grandeza, algún día acabará por desaparecer, pero su realismo romano y el humanismo heredado de los griegos le hacen apreciar la importancia de pensar y servir hasta el final… (extracto de la edición original)
Memorias de Adriano